miércoles, 3 de agosto de 2011

El chico que siempre está ahí

Pancho, es el chico del quiosco de la esquina, de esa plaza tan grande, en esa ciudad tan importante.
Está ahí todos los días de 8 a 3..todos los días, llueva, haga frío, haga sol. ahí está, en ese quiokito chiquitín de prensa y chuches.
Por el pasan toda clase de gente... niños, jóvenes, mayores.
Con el tiempo mucha gente había cogido confianza con Pancho, el que estaba allí siempre, y  le contaban sus cosas.
Pancho, era como un confidente para ellos, siempre estaba ahí para escuchar, para entretener, para lo que necesitaran, los ya, "amigos", con el paso del tiempo.

Un día Pancho no abrió su pequeño quiosco, tuvo un problema médico, se empezó a encontrar mal y tuvo que llamar a su doctor, parecía que no era grave, pero había que hacer pruebas, podía ser el corazón.

Pancho, no podía estar sin trabajar, el susto había pasado y a los dos días, abría de nuevo a las 8 en punto el quiosco.

Sus clientes, sus "amigos" empezarón a llegar.
-Vaya, Pancho, dos días sin abrir, ayer vine a por el periódico y a contarte que voy a ser papá de nuevo.
Pancho, le dio un abrazo y la enhorabuena con su mejor sonrisa.
-Pancho, donde te metes, joerrrr hombre, ya sabes que me han despedido???
Pancho lo abrazó y lo consoló -tranquilo, todo se arreglará.
-Pancho, no viniste y a ver si me puedes conseguir lo que venia con el Marca hombre, que me quedo sin camiseta!!
Pancho, como siempre, sonrió y contestó...mañana mismo lo pido, ya me encargo de que no te quedes sin ella, hombre.

Y así toda la mañana...pero Pancho no estaba a gusto, algo le recomía por dentro, la cabeza pensaba muy rápido y se iba entristeciendo cada vez que alguien llegaba a su quiosco.

-Sera posible que todos hayan venido a verme y contarme que les paso estos días y nadie, ninguno me haya preguntado que me paso, porque no vine???

-Estoy aquí de 8 a 3, siempre, para ellos, y el día que yo necesite que estén, que sea yo el que necesite contar lo que me pasa, no voy a tener a nadie a quien hacerlo??

-Donde esta toda esta gente, por la tarde, cuando yo necesito estar, hablar y contar??

-Y si yo no volviera a abrir el quiosco, a quien echarían de menos? a mi no....otro ocuparía mi lugar.


Nadie es imprescindible es esta vida, pero a todos nos gusta recibir un poquito de lo que damos.
Pancho aprendió que no puedes esperar nada de nadie, que por mucho que intentes estar ahí, no todos estarán cuando lo necesites.
Que lo mejor es no esperar nada de nadie y así nadie te defraudará.
Pero eso si, Pancho seguirá estando ahí, quizás no tan atento, quizás no tan receptivo, así no se tendrá que preguntan:    Alguien me echara de menos??

2 comentarios:

  1. Me ha encantao, relato bonito sin duda. Y por desgracia una verdad como un mundo de grande. Que pocos valores nos acompañan por este paseo finito que nos contempla. Gracias. scifo

    ResponderEliminar
  2. ya ves, aunque solo sea un relato imaginario, muchos seuro que nos vemos reflejados, gracias por seguir ahi.

    ResponderEliminar